miércoles, 6 de diciembre de 2006

EN SILENCIO


Caracas es fuente de inspiración para los impresionistas, transeúntes, buhoneros, motorizados, cultos, intelectuales. Un creativo, más allá de pasearse por las teorías publicitarias debería regocijarse, en silencio, en los espacios que ofrece una Caracas vulnerable y vulnerada.
Hoy, justamente a las 2 pm una desquiciada, como dice mi madre, toma la iniciativa de acercarse a El Nacional, un edificio milenario ubicado en un rincón casi olvidado: El Silencio. No tuve otro remedio que trasladarme por metro no porque caminante hace camino sino por necesidades laborales. Tan pronto hago el esfuerzo de adentrarme en aquella marejada de gente, todas, juntas en un espacio minúsculo, clases sociales e ideologías entremezcladas por una necesidad en común; logro aferrarme al único tubo que quedaba disponible casi rozando la mano de otro personaje del viaje.
Mientras apretaba la mano cada vez que arrancaba el metro analizaba los rostros que podía lograr ver entre tantas caras, unas de preocupación otras de ansiedad y llegué a la conclusión de que es increíble cuando un bien es diseñado para "todos", nos une.
Luego de salir de aquello trato de identificar, entre tantas salidas, la esquina más cercana a mi punto de encuentro. Caracas es famosa por tener esquinas con nombres categóricos que se remontan a una historia particular en un siglo de batallas, colonizaciones y se van reinventando según el Gobierno que llegue y la época en que se viva. Yo, al libre albedrío decidí escoger "Esquina Bolsa" salí de la cueva y lo que percibía era extraño, definitivamente un mundo paralelo, otro país y me quedé en silencio. Evidentemente tenía que salir de aquel hechizo fantasmal "porque la cosa no taba fácil y andaba pagando, un poco e motorizados que no dejan ni asomá las narices, el poco e buhoneros que no dejan que los transeduntes pasen por la acera y los malandros acechando a cualquiera que se les atraviese y con tu cara e sifrina que viene del Este, la boca el lobo pues"
No tuve tiempo de casi nada, apresurada pasaba entre los tarantines de todos los colores con millones de productos diferentes, sentía que me observaban detenidamente, escudriñando cada uno de mis pensamientos, olían mi miedo, percibían la inseguridad que transmitía cuando intentaba cruzar la calle, hasta que los empecé a mirar a los ojos y me sentí como ellos, empecé a entenderlos, comencé a conocerlos y me dieron la apertura a una realidad apartada de lo que parece importante para la ciudad, cuando cada bloque, cemento, plaza fue atravesada por espadas emblemáticas de colonizadores y precursores.
Cada porción de Caracas está dividida por prejuicios y estilos de vida, leyendas urbanas un modus viven di. La gente vive como puede gracias a un espacio asignado por la suerte, yo me monto en el metro y regreso a otra realidad al otro lado de la ciudad donde los vagos tienen cuello blanco y la otra porción , el otro lado, se queda en Silencio.
Jerga Caraqueña
Sifrina: persona de alto poder económico que viste bien
Malandro: delincuente
Andar Pagando: dispuesta a que te roben o asalten