domingo, 12 de septiembre de 2010

Perdida en los brazos del Sr. Montparnasse

Entre tanta lluvia pasando por callejones pido permiso para entrar en el café y así acomodarme en cualquier mesita disponible, hacer que pase el tiempo y sobre todo, la lluvia. Con el bolso empapado y el cuadernito robado ,o mejor dicho, que tomé prestado a mi esposo he caído en las manos del señor Montparnasse, dueño de un barrio peculiar en París, una mezcla entre lo bohemio y lo urbano, un rincón encontrado por azar todo gracias a no entender los mapas y a dejarme guiar por el instinto.

Este señor me deja entrar en su no humilde morada para perdonarme el hecho que no hubiese escogido su barrio , antes que otros, para perderme en el y mezclarme en su multitud, bares y teatros que rodean pequeñas plazas ubicadas en cada una de las pequeñas vías que conectan el Boulevard Del Sr. Montparnasse. Lo que sucedió es que cuando salí del metro vi una torre horrorosa negra, muy parecida a la Torre Del Bco. Mercantil en el Centro de Caracas, justo frente a mí y me dije :¿ dónde coño estoy ? ¿me he teletransportado ?¿ sigo aquí ? es decir : sigo perdida.

Eso sucede mucho en París, cada estación de Metro tiene 27, 5 salidas y justo la que decides salir, que es la coma cinco, es la que no es. Generalmente la sensación al salir de cada una de sus estaciones, dependiendo también para donde vayas es oh la la la la la, it is beautiful !, merveilleuse ! edificios con miles y tantos de años y siglos de antigüedad, museos increíbles, puentes, catedrales, calles llenas de cafés pequeños típicos de los años treinta, librerías por doquier etc. Pero esta vez mi instinto no me funcionó y caí en la redes misteriosas de un señor que juntó tendencias arquitectónicas gustos y colores en un mismo lugar , su reino lo rige en la « Gran Torre Montparnasse » negra , fea y triste.

Mezclarse entre la gente es difícil porque cada quien respeta el espacio de la otra persona. Lo vez en las estaciones de metro cuando uno espera el vagón: cada asiento está a un metro de distancia uno del otro lo que hace prácticamente imposible el roce de hombro a hombro y cuando quieres mirar a la persona que está al lado tuyo, tienes que fingir que estás viendo la máquina de coca cola al fondo e ir enfocando la vista paulatinamente hasta dar con el rostro de tu vecino. Yo me pregunto cómo hacen para caerse, es decir: si alguien le atrae la otra persona dentro del metro¿ cómo hacen para romper el hielo? Me lo pregunto todas las veces que me monto en el metro: Ahí no existe el pshh , phsss mira y tú como te llamas, ¿estás perdida?, mamita!!!! etc. Eso es categóricamente imposible.

Ya, una vez terminada esta reflexión, me detengo en mi mesita a estudiar los personajes, todos variopintos . Chamos que parecieran que salieran de un mismo instituto universitario o casting, forzando el sentimiento de vestirse al descuido con peinados que, a penas, se le ven los ojos; debe ser incómodo tener un poco de pelo en la cara que se te metan en los ojos, a mi modo de ver, en definitiva tenían un poco al estilo Beatles, londinense forzado, a juro. Sus impelables chaqueticas de cuero cortas y pantalones tubitos como en los ochenta y por supuesto los Converse "All Star" yo no tengo nada en contra de los zapatos ojo, soy la primera que los uso, sólo que me fijé en la vestimenta pues.

Un señor en particular me ha llamado la atención, el ha entrado dignamente con su traje raído con pinta de escritor de obras de teatro y una pipa enorme que casi dejaba ver su rostro. Su cabello plateado y mojado por la lluvia , a mi modo de ver, le incomoda. No observa a nadie escoge su mesa que pareciera que fuese su preferida porque quizás es asiduo al local. Para mi desventura el hombre se sienta justo al lado mío y el humo que producía la pipa no me dejaba ni pensar, decidí cambiar de mesa.

Desde otro ángulo comienzo a inventar historias de los personajes que entran y salen del café y en particular del señor de la pipa enorme, le puse un nombre “ Jaques” tenía cara de "Jaques" pues, "Jaques Bourgoge" para hacerlo más francés y me dio la impresión de que era escritor ,o a lo mejor, es un vendedor ambulante o repartidor de periódicos, posiblemente un perdido como yo ; en fin…

A su lado se sienta una muchacha que a primera vista puedes detallar sus grandes ojos verdes ahí saqué otra conclusión aventurada : la musa. La inspiración de Jaques eran las mujeres más jóvenes que el, bien dotadas, y con grandes ojos verdes; aquel hombre necesita desesperadamente una gota de creatividad, un personaje que logre ayudarlo a crear una historia. Me detengo y reflexiono… « quizás ese sea yo, mi reflejo, una persona en la búsqueda de la musa … En todo caso es divertido escoger gente que ves por la calle he inventar sus vidas .

Otra cosa divertida y me ha sucedido en varias oportunidades en París, el café a pesar de tener una estructura y decoración de un pequeño teatro además de darte la sensación de sentarte al lado de pequeños o grandes creadores ; la música era particular : reggaeton, pum pum pum, Boricua morena, dominicana pum, pum mami. Bueno sucede en todas partes…

Así pasé parte Del día, siendo osada y manipuladora, inventándole fantasmas a la gente que se asomaban en aquel café parisino en las redes de los Brazos Del Sr. Montparnasse, pero aún sigo sin encontrar mi rincón favorito.

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